Por Juan Ramón Lazcano, Vocal de Asuntos Profesionales
La mayor parte de nuestro tiempo transcurre en edificios, ya sea en los hogares, en otras actividades y por nuestro trabajo, proyectando o dirigiendo su construcción. Utilizamos más energía en los edificios que en cualquier otra actividad, ya que es necesaria para mantener el confort interior y el propio mantenimiento del edificio. La utilizamos para la calefacción, climatización, iluminación y otras actividades como los electrodomésticos, equipos informáticos, de sonido, etc.
Existe una política energética para la disminución de las emisiones de los edificios existentes mediante la mejora de las características térmicas de la envolvente, de la eficiencia energética de las instalaciones y el empleo de diferentes tipos de energía renovable. Las exigencias de los cálculos de los consumos energéticos son una consecuencia de la aplicación de la Directiva Europea 2002/91/CE, relativa a la eficiencia energética de los edificios. Posteriormente, España ha traspuesto la Directiva mediante el CTE 2006 (DB HE), Procedimiento de Certificación Energética en los edificios 2007, RITE 2008 y el Plan de Acción Específico PAE+2008-2012 (E4) y Directiva 2006/32/EC sobre la eficiencia del uso final de la energía y los servicios energéticos. También el Plan Energético de Canarias PECAN 2006-2015, considera esta cuestión ya que uno de sus principios básicos es el uso racional de la energía.
Con estos antecedentes, la Consejería de Empleo, Industria y Comercio suscribió un convenio de colaboración con el IDAE en 2008 con vigencia hasta el 30 de noviembre de 2013, para su difusión y puesta en práctica. Entre las Órdenes redactadas por tal organismo tenemos la del 19 de mayo de 2010 por la que se aprueban las bases para la aplicación de las medidas de ahorro energético y la realización de Auditorías Energéticas en instalaciones municipales, con subvenciones encaminadas a fomentar dicha actividad.
La Auditoria Energética es, en esencia, una revisión del edificio, de los componentes que garantizan el confort térmico y, además, de los hábitos que tenemos a la hora de usarlo. Todo ello, con el objetivo de encontrar las formas de mejorar la eficiencia energética (menos energía para el mismo confort) por un lado, y de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (sustitución de fuentes de energía contaminante por las de origen renovable y no contaminante) por otro.
En consecuencia, las Auditorías Energéticas son ya de hecho un nuevo nicho de trabajo especializado, en el ámbito de la arquitectura y la ingeniería, que tenderá a crecer en los próximos años como consecuencia de los esfuerzos públicos y privados para disminuir nuestra extrema dependencia de los combustibles fósiles para el suministro energético.
Justamente he comentado este tema en un foro especializado con un experto que trabaja realizando planes de control y educación para conseguir ahorro y eficiencia en los edificios públicos educando al personal. El mayor consumo de Energía se produce en la fase de uso de los edificios y más aún por el comportamiento de sus habitantes.
ResponderEliminarQuisiera saber quienes llevan a cabo éstas auditorias y como se accede a estos puestos de trabajo si me lo pueden comentar ya que me estoy especializando en Edificación y Sostenibilidad.
Gracias.
Desde mi punto de vista deben ser equipos relativamente multidisciplinares formados principalmente por arquitectos e ingenieros, pues debe atenderse a distintos ámbitos (envolvente térmica del edificio y posibles soluciones pasivas, instalación de ACS, instalación de energía solar, instalación de energía fotovoltaica, iluminación, climatización o ventilación).
ResponderEliminarDesde el Centro de Asesoramiento Tecnológico estamos preparando un curso práctico sobre Auditorías Energéticas en los edificios para iniciar a quienes lo deseen en este mundo. Se celebrará en junio en el Colegio de Arquitectos y lo impartirá un equipo de seis personas cada una especialista en cada uno de estos asuntos. Se difundirá en las próximas semanas.